El siglo XVI es conocido, en lo que respecta a la historia cultural de Europa, como el Siglo de Oro de la literatura española. Fue sin lugar a dudas el tiempo de gran esplendor literario en el que surge, entre otras, una obra como el Quijote, máximo exponente universal de la literatura en nuestra lengua. Contemporánea del Quijote, nace también la primera traducción de la Biblia al español, traducida desde sus lenguas originales, La obra de Casiodoro de Reina, publicada en 1569, será revisada más tarde por Cipriano de Valera y publicada en 1602.
Esta Biblia, revisada muchas veces y últimamente en 1995, se conoce como la Biblia Reina-Valera. La belleza del texto Reina-Valera, su armonía sintáctica, su vocabulario, en suma su uso del lenguaje, hacen de esta Biblia un texto literario digno representante del Siglo de Oro, al punto que podríamos decir que lo que el Quijote es respecto de la novela, Reina-Valera lo es respecto de la literatura religiosa.
La presente edición, pensada para la biblioteca de todo hogar como obra de referencia y consulta, incorpora varios artículos escritos por reputados traductores, biblistas e historiadores. Tales artículos tratan diversos y destacados aspectos del texto Reina-Valera y nos aproximan, aun más, a la significación literaria y espiritual de esta inmortal obra.
En cuanto a los texto bíblicos mismos, los hemos incluido según la edición de Cipriano de Valera y en el mismo orden en que él los incluyó: primero los textos hebreos del Antiguo Testamento, a continuación los libros apócrifos, procedentes de la Septuaginta y también denominados deuterocanónicos, y finalmente, los libros del Nuevo Testamento.
1º Crónicas 4:9–10: Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: «Por cuanto lo di a luz con dolor». Invocó Jabes al Dios de Israel diciendo: «Te ruego que me des tu bendición, que ensanches mi territorio, que tu mano esté conmigo y que me libres del mal, para que no me dañe». Y le otorgó Dios lo que pidió.
Salmo 4:8: En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Proverbios 4:23: Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida.
Juan 5:14: Después lo halló Jesús en el Templo y le dijo: —Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor.
Juan 6:35–40: Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás. Pero ya os he dicho que, aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mí viene, no lo echo fuera. …
Juan 14:6–7: Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me conocierais, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.
Hechos de los Apóstoles 4:11–12: Este Jesús es la piedra rechazada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Efesios 4:29–32: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. …
Filipenses 1:27: Solamente os ruego que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que, sea que vaya a veros o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio
Filipenses 4:4–9: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. …
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Rogelio Gómez Fernández
2/7/2023
Rogelio Gómez Fernández
6/22/2018
Carlos Olano
10/30/2017
Jorge De La Cruz
11/7/2015