Digital Logos Edition
La serie comentario al Nuevo Testamento por William Hendriksen y Simon Kistemaker representa un encomiable esfuerzo en el área de la exégesis bíblica. Cada tomo tiene la virtud de entregar un análisis completo de cada versículo, pero que a la vez es claro y fiel a las Escríturas. Entre sus características notables podemos mencionar: una introducción completa a cada libro, un comentario de verdadera erudición y simplicidad de expresión, un resumen de cada capítulo, bosquejos y notas críticas. La serie representa una herramienta bíblica indispensable para el estudiante serio de la Biblia, sea pastor o laico.
“Las tres características más obvias son las de brevedad, viveza y orden.” (Page 19)
“Inmediatamente el padre del muchacho clamó, ‘Sí, creo, ayuda mi incredulidad’. El atormentado padre abre de par en par su corazón con una respuesta realmente impresionante. Estaba convencido de dos cosas: a. que indudablemente poseía la clase de fe que Jesús demandaba; y b. que esta fe era imperfecta, asediada por temores y dudas. Al igual que en el original, nuestra traducción sólo tiene cinco palabras, pero bastan para incluir: a. una sincera profesión de fe: ‘sí, creo’, y b. una intensa y conmovedora petición, ‘Ayuda mi incredulidad’, lo que significaba ‘Sigue ayudándome407 a cada instante y día a día, de modo que pueda vencer mi incredulidad’.” (Page 356)
“Recibir el reino de Dios como un niño significa aceptarlo con sencillez auténtica y confiada, con humildad y sin pretensiones.” (Page 389)
“En suma, es la siguiente: Jesús desea revelarle al hombre endemoniado la gravedad de su situación. A fin de liberarlo de ella, desea tranquilizarlo y fortalecer la consciencia de su verdadero yo. Desea arrancarle de esa relación estrecha—casi identificación—con el demonio (o los demonios) que por tanto tiempo le había dominado.” (Page 198)
“El hecho de que dirigiera su queja contra esta ‘generación’ muestra que no estaba pensando sólo en los nueve discípulos que habían fracasado en aquella emergencia. Evidentemente estaba muy descontento con sus contemporáneos: con el padre que carecía de fe suficiente en el poder sanador de Cristo (9:22–24); con los escribas que en lugar de mostrar algo de piedad, con toda probabilidad se deleitaban con la impotencia de los discípulos (9:14); con la multitud en general, que en los Evangelios se describe como mucho más preocupada de sí misma que de otros (Jn. 6:26); y por último pero no menos importante, con los nueve discípulos, por descuidar el ejercicio de su fe, y no poner todo su corazón en la oración perseverante (9:29).” (Page 354)