El libro de los Salmos contiene la mayor riqueza literaria del Antiguo Testamento. El reconocido teólogo Samuel Pagán, escribe una vívida introducción y un ámplio comentario que enriquecerá su vida poderosamente. En esta obra hace un análisis detallado de cada Salmo, comentando y presentado la relevancia universal de los textos. Aunque este libro no es un devocional, le insipirará profundamente en su adoración a Dios.
“El contraste es claro y directo: La gente fiel tiene estabilidad y seguridad en la vida; las personas pecadoras están a la merced de los vientos caprichosos e inimaginables de la existencia humana.” (Page 112)
“De acuerdo con alguna literatura judía antigua2, los levitas recitaban un salmo cada día de la semana: Los domingos, el Salmo 24; los lunes, el 48; el 82, los martes; los miércoles, el 94; el 81, los jueves; los viernes, el 93; y durante el sábado o shabat, el 92. Los días de ayuno se leía el Salmo 104, y en la milenaria ciudad de Jerusalén, frente al Muro Occidental—conocido también como el de las Lamentaciones—, se debía recitar el 79.” (Page 25)
“El uso de la palabra hebrea traducida como «plantado», puede ser una referencia a que el ser humano es feliz a la medida que se relaciona íntimamente con Dios, de la forma que el árbol se nutre junto a las fuentes de agua. Y la alusión a las aguas puede poner de manifiesto no solo los ríos y manantiales naturales sino los canales de irrigación que eran comunes en Egipto y Mesopotamia. De esa forma ordenada y efectiva el árbol recibía los nutrientes necesarios, independientemente de los caprichos del tiempo y sus inclemencias, para mantener sus hojas y brindar buenos frutos en la época precisa. Más que algún símbolo relacionado con la inmortalidad, la imagen afirma la importancia de vivir amparado en la Ley divina, que produce en las personas bienestar, seguridad, paz y prosperidad.” (Page 112)
“Respecto a este salmo una palabra adicional es importante. El salmista presenta a Dios como pastor, en una cultura donde el pastor no tenía mucho pestigio social ni ocupaba posiciones destacadas en la escala económica y política de su tiempo. Para el poeta, el Dios bíblico se hizo pastor, que es una manera figurada de revelar la capacidad divina de hacerse frágil, de humillarse a sí mismo, de tomar forma de servidor, de hacerse semejante a las personas, de hacerse vulnerable. Con esa imagen, el poeta bíblico le brinda a la iglesia una lección de humildad: Un Dios cuya gloria no pueden contener los cielos de los cielos, se hizo pastor para enseñarnos el camino del servicio y la humildad.” (Page 210)
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Graciela Dávalos
12/12/2021
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