Digital Logos Edition
Clasificado entre “Los 10 mejores libros que todo predicador debería leer” por la revista Preaching Magazine.
Con verdadero tono profético John Piper hace un llamado general a recuperar la dimensión espiritual del ministerio cristiano, que, debido a confusiones de términos y roles, peligra por una malentendida profesionalidad.
Improvisación, superficialidad y descuido caracterizan muchas actividades de la iglesia, ya sea a la hora de hacer un programa de radio o de organizar una campaña de testimonio, o de presentar un programa de acción ante las autoridades civiles, cuando lo que se necesita es profesionalidad, esmero y dominio de la materia. En estos campos de actividad comunitaria sí que es preciso, imprescindible, ser profesionales, manejar adecuadamente los asuntos pertinentes. El error es extrapolar virtudes necesarias para actividades de corte social, político o administrativo, y aplicarlas al ministerio cristiano, la predicación del Evangelio y el cuidado pastoral. Aquí, el profesionalismo lejos de remediar males, crea problemas, antes que dar vida, mata.
“Nada nos acerca más a los designios de Dios que ver las aparentes discrepancias teológicas de la Biblia y reflexionar acerca de ellas día y noche hasta que se conviertan en una visión emergente de verdad única.” (Page 93)
“Debemos enseñar a nuestros fieles que encontrar dificultades en el texto bíblico y esforzarse por entender cómo se pueden resolver no es ser irreverentes. La predicación debe constituir un ejemplo de esto semana tras semana.” (Page 92)
“Si nos importa la verdad, debemos interrogar el texto incesantemente y hacernos el hábito de sentirnos humildemente inconformes con respecto de las cosas que leemos.” (Page 93)
“Bastante a menudo lo que existe es, sencillamente, un descuido benigno y el énfasis en las características sermonarias como las órdenes, la dicción, la ejemplificación y la pertinencia desplazan a la necesidad de una exposición meticulosa textual.” (Page 99)
“La teología verdadera es la base de un ministerio fructífero y bendecido».1” (Page 98)