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Una de las necesidades más apremiantes en el mundo presente es la de buenos líderes. En el mundo contemporáneo hay una seria falta de buenos líderes, y esto también es cierto en cuanto a la iglesia. Los conocimientos técnicos abundan, pero falta la sabiduría: la gente está confundida, desconcertada, enajenada. Para emplear las metáforas de Jesús, parecería que estamos "como ovejas que no tienen pastor", y nuestros líderes a menudo parecen "ciegos guías de ciegos". Existen muchos tipos y grados de liderazgo: pastores, padres, maestros, profesores, ejecutivos, jueces, políticos, asistentes sociales, sindicalistas, todos estos ejercen liderazgo en sus respectivos campos. En todas las áreas hay necesidad de líderes que se caractericen por su discernimiento, valor y dedicación. Los buenos líderes nacen y se hacen.
“Debemos descartar como definitivamente impropios vocablos como ‘clero’ y ‘laicos’, creyentes ‘llamados’ o ‘no llamados’, y líderes ‘ordenados’ y ‘no ordenados’. Ninguna de estas categorías son bíblicas. En el Nuevo Testamento hay tres llamados de Dios al ser humano. El primero es el llamado a la salvación, el segundo es el llamado a la santificación y el tercero es el llamado al servicio, y todo creyente ha experimentado y vive estos tres llamados sin excepción.” (Page 17)
“(1) El primero es la lectura y meditación de la Palabra.” (Page 39)
“En términos generales, el yo es el ego que sirve como una suerte de ejecutivo en medio de las fuerzas conflictivas y desafiantes de la experiencia humana. La personalidad es dinámica y es la que se empeña en alcanzar las metas que uno mismo se ha propuesto alcanzar en la vida.” (Page 22)
“(2) El segundo recurso es la práctica de la oración y el ayuno. La oración es la respiración del alma” (Page 40)
“Visión sin acción nos hace visionarios, y esto es inútil. Acción sin visión nos hace activistas, y esto es agotador. Visión que se expresa en acción nos hace líderes, misioneros, agentes del reino, y esto es fructífero.” (Page 117)