¿Es posible lograr un balance entre estudio bíblico y aplicación práctica? ¿Cómo transmitir con sencillez, mediante la enseñanza, la predicación y el testimonio personal, la profundidad del Evangelio? ¿Podemos ser fieles a la doctrina y a la vez conmover los corazones con la verdad de Cristo?
Meditaciones sobre los Evangelios: Juan es un libro escrito por el reconocido pastor, predicador y teólogo John Charles Ryle (1816–1900) que te ayudará a responder en forma positiva estas y otras inquietudes relacionadas al estudio del evangelio de Juan y su relevancia para la vida y el ministerio cristiano en la actualidad.
Este recurso forma parte de la colección Meditaciones sobre los evangelio (4 vols.)
Si el mejor modo de entender la fe cristiana es leer los Evangelios, se deduce que los libros que siguen a estos por orden de importancia habrán de ser aquellos que ayuden a entender mejor su mensaje. Al advertir esta necesidad en su propia congregación, J. C. Ryle preparó sus Meditaciones sobre los evangelio, textos que se han difundido por todo el mundo durante más de un siglo sin que haya disminuido su popularidad ni su vigencia.
Las palabras claras y directas de Ryle son de gran estímulo para la lectura de la Biblia. Si bien su objetivo principal es ayudarte a conocer a Cristo, escribe de tal manera que podrás leer sus comentarios en voz alta para que otras personas también sean bendecidas. De ahí su importancia no solo para el estudio individual sino también para un enfoque comunitario, sea en grandes congregaciones, campañas evangelizadoras, cursos de discipulado o grupos pequeños.
“En primer lugar, vemos que los ricos sufren aflicciones igual que los pobres.” (Volume 1, Page 314)
“Todos tenemos la inclinación natural a convertir la religión en una mera cuestión de ceremonias y formas externas y a atribuir una importancia desproporcionada a nuestra forma particular de adorar a Dios.” (Volume 1, Page 259)
“Obsérvese que ver los milagros de Cristo, oír su enseñanza y vivir en su compañía no fue suficiente para hacer que los hombres creyeran. La mera posesión de privilegios espirituales nunca ha hecho que alguien sea cristiano. Todo es inútil sin la aplicación eficaz de la obra de Dios el Espíritu Santo. No sorprende que nuestro Señor dijera en otro lugar: ‘Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere’ (Juan 6:44).” (Volume 2, Page 12)
“Por un lado, en este pasaje se nos enseña cuánta desdicha ha introducido el pecado en el mundo.” (Volume 1, Page 329)
“En último lugar, en este pasaje vemos que la palabra de Cristo es tan válida como su presencia.” (Volume 1, Page 316)