Digital Logos Edition
En Pablo, el Espíritu y el pueblo de Dios este erudito pentecostal ha redefinido los términos de la discusión sobre el Espíritu Santo de una manera que trasciende los paradigmas de hoy sobre la orientación carismática o no carismática. Sus palabras son un fuerte recordatorio de lo que Dios, a través de su Espíritu Santo, pretende que la iglesia sea... Su trabajo es un intento de dirigirnos de nuevo a la Biblia y revigorizar nuestra propia visión de cómo el Espíritu moviliza a la comunidad de creyentes en la iglesia local.
“Por tanto, es la Presencia de Dios entre ellos los que distingue a los israelitas como pueblo de Dios, más que la Ley u otros distintivos de identidad como la circuncisión, las leyes sobre comidas o la observancia del sábado.” (Page 12)
“No es el Bautismo lo que, en último término, nos identifica como creyentes en Cristo, sino la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida.” (Page 77)
“Si la Iglesia ha de ser efectiva en nuestro mundo posmoderno, hemos de dejar de limitarnos a hablar del Espíritu y dar pasos para recuperar la perspectiva de Pablo que lo ve como el regreso de la presencia personal de Dios, que viene a morar a nosotros (individualmente) y entre nosotros (colectivamente), una presencia que experimentamos y que nos capacita, dotándonos del poder para vivir como un pueblo radicalmente escatológico en este mundo presente, mientras esperamos el tiempo del fin.” (Page xxiii)
“En Romanos 8:26–27 esta misma idea se expresa en sentido contrario: Dios conoce la mente del Espíritu. Entre otras cosas, Pablo pretende explicar que, ante nuestras debilidades e incapacidad de hablar por nosotros mismos, el Espíritu puede interceder por nosotros de un modo adecuado. La efectividad de la intercesión del Espíritu está precisamente en el hecho de que Dios, que escudriña los corazones, ‘conoce’ igualmente ‘la mente del Espíritu’ que está intercediendo por nosotros.” (Page 31)
“Para él la vida en el Espíritu significaba abrazar al tiempo y vigorosamente tanto el fruto como los dones (lo que yo llamo la vida en el centro radical). El Espíritu como realidad que capacita y que se experimenta era para Pablo y sus iglesias el elemento clave de toda la vida cristiana, de principio a fin. El Espíritu cubría la totalidad del poder para la vida, el crecimiento, el fruto, los dones, la oración, el testimonio y todo lo demás.” (Page xxiii)
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Emil Delgado
10/5/2023
Roberto Concepcion
7/7/2019
Yamil Ledesma
12/3/2015