Digital Logos Edition
Embárcate en una aventura espiritual única con nuestra colección especializada de títulos de Verbum diseñada especialmente para peregrinos. Esta cautivadora colección te ofrece una amplia gama de recursos para enriquecer tu experiencia de peregrinación. Desde la Sagrada Biblia hasta libros de arte que capturan la esencia de los lugares sagrados, te sumergirás en la historia bíblica y contemporánea, conectándote de manera más profunda con los lugares que visitas. Además, nuestros libros devocionales te brindarán guía y reflexiones inspiradoras durante tu viaje espiritual. Y para aquellos que desean una experiencia bilingüe, nuestro oracional te acompañará en tus momentos de oración y contemplación, enriqueciendo tu conexión con Dios en ambos idiomas. Con esta colección, cada paso que des en tu peregrinación estará respaldado por recursos esenciales que te ayudarán a profundizar en tu fe y vivir una experiencia espiritual transformadora.
Verbum es el software bíblico católico líder a nivel mundial. Sus bibliotecas masivas interconectadas, motores rápidos de búsqueda, herramientas de idiomas originales y funciones útiles de conocimiento bíblico te ayudan a comprender la Palabra con una perspectiva mayor. Los magníficos recursos audiovisuales del software te permiten compartir fácilmente dicha perspectiva con otras personas. Sin importar qué dispositivo ni sistema operativo utilices (Windows, Mac, iPhone, iPad o Android) puedes llevar tu biblioteca a donde quieras.
Una Biblia especialmente destinada a presbíteros, catequistas y animadores de grupos bíblicos, pero que puede resultar muy provechosa para los creyentes en general que quieran disponer de una edición rigurosa y completa de la Palabra de Dios. Características de La Biblia. Libro del Pueblo de Dios: - Traducción de Armando Jorge Levoratti y Alfredo B. Trusso realizada a partir de las lenguas originales. - Gran aparato de notas enteramente reelaboradas y actualizadas. - Introducciones a los bloques de libros y a cada uno de los libros. - Paralelos y referencias para comprender la intertextualidad de los libros de la Biblia. - Cronología bíblica. - Guía litúrgica de domingos y fiestas con las lecturas señaladas. - Mapas de Palestina a todo color. Edición aprobada por la Conferencia Episcopal Argentina.
Comienza por repasar brevemente el sentido de trascendencia que ha impregnado el arte desde el albor de la humanidad, analizando desde la prehistoria hasta la antigüedad clásica, para preguntarse si la búsqueda de belleza y su relación con la divinidad, a través del arte, es algo innato al propio ser humano. A partir del nacimiento del cristianismo, se detiene a examinar los diversos estilos nacidos de la Fe y su evolución pasando por sus dos mil años de historia. Las formas que el arte ha ido adoptando han variado mucho dependiendo de la sociedad de la época, aunque siempre ha habido artistas que han tenido un estilo propio. Ilustrado con algunos ejemplos, como la Fe y excepcionalidad de Borromini, la fuente de inspiración que ha significado la catedral de Notre Dame de París para muchos artistas, marco incomparable de la conversión de Paul Claudel o la sorprendente influencia que tuvo la basílica de la Sagrada Familia en Antoni Gaudí y Etsuro Sotoo. En definitiva, el libro plantea una reflexión sobre la evolución de la belleza y su concepción en el arte, atendiendo a la búsqueda de la trascendencia y a la belleza que es capaz de crear una ventana abierta a la relación del hombre con Dios. Una reflexión que abarca desde las catacumbas hasta nuestra época, analizando ejemplos concretos, presentando encuentros y desencuentros del artista con Dios, exponiendo historias de conversión y planteando dudas y cuestiones todavía abiertas sobre el concepto de arte y belleza en nuestro tiempo.
Subrayar los orígenes históricos del cristianismo y su desarrollo en el espacio y en el tiempo es mostrar la existencia del mundo sobrenatural, más real aún que el humano. El cristianismo no es una ideología o sólo fa subjetiva. Por ejemplo Renán, en el siglo XIX, negaba la posibilidad del milagro y por eso negaba la divinidad de Jesucristo. Dios no pertenece al ámbito de lo subjetivo sino de lo objetivo. Negar la historicidad de la Iglesia, o las intervenciones de Dios a lo largo de la historia es vaciar de fundamento a la propia Iglesia. En el libro se muestra con algunos ejemplos históricos, ese cruzarse entre Dios y los hombres: los documentos primeros del cristianismo, los papiros y códices que conservamos de la Sagrada Escritura, especialmente del Nuevo Testamento, la llamada de Dios a la santidad y su reflejo en las vidas de cristianos, el milagro de los mártires, la regla y la defensa de la fe, la inculturación del mensaje evangélico en diversas culturas, el problema del mal, la lucha de la Iglesia ante las ideologías, la acción social de la Iglesia, la santificación del trabajo, etc. Terminaremos con la esperanza cristiana en el beato Juan Pablo II. Se podrían haber escogido otros ejemplos, pero nos parece que estos pocos muestran sobradamente ese cruce de Dios con los hombres y de los hombres con Dios. Cristo ha permanecido con nosotros estos siglos, como estuvo con sus discípulos desde la Resurrección hasta la Ascensión, no en vano el dí de su marcha al cielo, afirmó: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).
La auténtica caridad cristiana no es mera limosna piadosa, como muchas veces se insiste en decir. Es algo que tiene una raíz muy profunda para el cristiano y que se puede manifestar de muchas maneras en la atención espiritual y material al prójimo: limosna, atención sanitaria, enseñanza, consejo, consuelo, etc.; y, por supuesto, la oración por las necesidades ajenas y por los difuntos, y la difusión de la fe de salvación (evangelización), como el mayor don que uno puede transmitir.
¿Qué fue realmente la inquisición? Este ensayo pretende plantear al lector algunas reflexiones acerca del fenómeno inquisitorial que ayuden a ir más allá de la imagen que de esta institución se ha creado. Aprovechando la investigación más reciente y la rica bibliografía producida por los especialistas en las últimas décadas, se trata de ofrecer una breve aproximación a la realidad histórica de la inquisición, explicando de una manera amena y sencilla los aspectos fundamentales de esta cuestión: qué razones hicieron posible el nacimiento de la inquisición y que su existencia se prolongase durante 350 años, cómo fue por dentro, quiénes la integraron y cómo actuaba en su intento de erradicar la herejía de la sociedad. Asimismo, en este libro se abordan los tipos de herejía que la inquisición persiguió a lo largo de su historia, desde finales del siglo XV hasta entrado el siglo XIX: unas veces fueron prácticas religiosas como las que desarrollaron los llamados judaizantes, islamizantes, protestantes o alumbrados; otras veces fueron calificados de herejes individuos que defendieron costumbres populares arraigadas en la tradición o enemigos políticos a los que se quiso aniquilar. Incluso, un número abundante de los castigados fueron religiosos y religiosas acusados de diferentes delitos.
La evangelización de los pueblos americanos fue un campo de experimentación y todo un reto para la monarquía hispánica, que acometió como responsabilidad esa ingente tarea. El descubrimiento iniciado en 1492 de un Nuevo Mundo, con millones de habitantes que nunca habían tenido contacto con la sociedad cristiana suponía, además de los procesos de conquista y colonización, y como consecuencia directa del mandato pontificio, la obligatoriedad de llevar a cabo una tarea de misión que se manifestó en consecuencias que van mucho más allá de la estricta actividad evangelizadora. Así, sacerdotes seculares y miembros de las órdenes religiosas, desarrollan en el continente americano una honda y extensa labor de inculturación de aquellas civilizaciones. En este trabajo se analizan las bases culturales de los pueblos que entran en contacto (la España católica y una multitud de culturas nativas americanas) a partir de 1492, para a continuación poner de manifiesto la dinámica de un proceso que se traduce en misión, promoción social y educativa, y en defensa de la condición jurídica del indígena americano, considerado desde el primer momento súbdito libre de la corona. Y junto a los detalles de esta labor, se perfila la forja de utopías que algunos intelectuales europeos se aventuraron a diseñar, pero que en América religiosos y sacerdotes pusieron en marcha con unas consecuencias que aún sorprenden a los estudiosos.
Este volumen inicial de la colección "Biblioteca Bíblica Básica" ayuda a captar mejor la historia, geografía y arqueología de Israel. Historia interpretada que se ha plasmado en texto bíblico con su belleza literaria.La historia de Israel en su entorno cultural, marcada por acontecimientos, símbolos y personajes, es experiencia vivencial del pueblo y lugar de manifestación de Dios. Él guía, forma e interpela a su pueblo, que responde con luces y sombras.A través de un recorrido geográfico, histórico y arqueológico por las tierras bíblicas, siguiendo el curso de los tiempos, se tocan sus grandes etapas y sus acontecimientos más significativos.La historia vivida y narrada se ha hecho texto escrito. Su formación, composición y transmisión, lo mismo que sus versiones antiguas y modernas muestran su valor perenne.Ese texto, Palabra de Dios expresada en palabras humanas, es también una obra literaria. Se ofrecen claves para valorar más la poesía y prosa de las Escrituras del Antiguo Testamento.
He aquí un recorrido de veinte siglos de historia de la Iglesia. ¿Cuáles son los rasgos principales de su proceso histórico y de su método? En primer lugar, no separar la historia de la Iglesia de la historia general de la humanidad. Los cristianos viven en el mundo y muchos acontecimientos políticos, sociales y económicos han determinado la vida de la Iglesia. Después, utilizar todas las huellas del pasado: edificios, obras de arte, excavaciones arqueológicas.Por último, presentar directamente a los lectores las fuentes escritas. Este volumen concede un lugar tan importante a los textos del pasado como a la presentación de los acontecimientos. Y ofrece las claves para situar los textos, entenderlos y valorarlos. Jean Comby, profesor en las Facultades católicas de Lyon, plantea la pregunta: ¿En qué consiste ser cristiano? Y muestra con vigor que estudiar la condición del cristiano de los primeros siglos o de la Edad Media puede proporcionar una respuesta parcial, aunque capital, a los interrogantes más actuales.
¿Qué se necesita para rezar el Rosario? Ante todo dejarse conducir por la Virgen María a contemplar el rostro de Cristo: rostro gozoso, luminoso, doloroso y glorioso. Quien, como María y juntamente con Ella, conserva y medita asiduamente los misterios de Jesús, asimila cada vez más sus sentimientos y se configura con Él. Benedicto XVI
Con una reflexión sobre cada uno de los cuatro misterios del rosario, gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, este libro ayudará a los que rezan el rosario a encontrar un enfoque para meditar. Cada reflexión contiene un verso de Escritura y también provee un fondo para entender los textos bíblicos. Con relevancia al siglo veintiuno, esta guía escrita por Mark Boyer llevará a sus lectores a contemplar una aplicación personal de los misterios. Mejore su jardín de oraciones con Reflexiones sobre los misterios del rosario.
Durante la Cuaresma estamos rodeados por recuerdos visuales de las últimas horas de Jesús. En Las estaciones del Via Crucis el conocido escritor y maestro espiritual Timothy Radcliffe, OP, brinda al lector una meditada reflexión sobre esta potente forma de devoción. Ayudándose de palabra e imagen, Radcliffe ofrece una experiencia profunda de meditación sobre el via crucis que resulta inspiradora tanto visual como espiritualmente. En cada estación Radcliffe parte para sus reflexiones de las deslumbrantes ilustraciones realizadas por el galardonado artista litúrgico Martin Erspamer, OSB. Las estaciones del Via Crucis es una perfecta lectura cuaresmal de un autor al que sus escritos espirituales han merecido un amplio reconocimiento, así como una hermosa invitación a meditar con mayor profundidad y contemplar con mayor detenimiento esta solemne sesión de oración y penitencia.
La muerte no es sólo el cese de la vida corporal. Es el silencio. Este breve texto trata ya no únicamente de las últimas palabras de un hombre, cuanto de la Palabra de Dios ante la perspectiva del silencio. Los cristianos creemos que la Palabra es el sentido de nuestras vidas. Pero lo que está en juego en nuestro caso no es únicamente el sentido de la vida de Jesús, sino el de toda vida humana. Cuando Cristo fue silenciado, ¿quedaron acaso todas las palabras sepultadas junto con él? La historia del cristianismo es un drama acerca de las palabras y de su sentido, del sentido de la Palabra de Dios y de nuestras propias palabras. El clímax de este drama lo constituyen las últimas palabras de Jesús en la cruz. En el domingo de Pascua, la Palabra se alzó de entre los muertos. Nuestra fe en la resurrección no se reduce a que este hombre que murió fue devuelto a la vida. La Palabra no quedó silenciada. Estas siete últimas palabras continúan vivas. Y ello no es así tan sólo porque fueron escuchadas, recordadas y registradas por escrito. La fe en la resurrección significa que el silencio de la tumba quedó roto para siempre y que estas palabras no fueron las últimas. Ahora somos nosotros quienes debemos seguir rompiendo el silencio de las sepulturas de los hombres, de las fuerzas de la muerte.
El Padre Pío de Pietrelcina (1897-1968), fraile capuchino durante 61 años, es mundialmente conocido porque llevó los estigmas de Cristo durante cincuenta años exactos, siendo el único sacerdote estigmatizado de la historia de la Iglesia. En su vida se conjugan de forma admirable los carismas sobrenaturales con la perfección de las virtudes cristianas: además de los estigmas, fue portador de otros muchos dones místicos (éxtasis, visiones, clarividencia, bilocaciones, olor de santidad y sanaciones milagrosas). Sin embargo, nunca salió de su convento, ni escribió libros, sino que era un simple sacerdote que decía Misa y confesaba. El carisma de santidad del P. Pío se basa en un amor “devorador” por Cristo, que le lleva a compartir sus sufrimientos en el Calvario, ya que “Jesús no está nunca sin la Cruz”. Abrazando esta Cruz, desarrolló su vocación de salvar almas, dando un sentido al sufrimiento que inexorablemente forma parte de toda vida humana, en la creencia de que, cuando se acepta en la fe y se entrega y ofrece en el amor a Dios y a los hermanos, se convierte en un camino de salvación y redención.
No busquemos en san Pablo un tratado sobre la oración, pues nunca se lo propuso. Tenía muy claro que su cometido, tal como se lo había encargado el Señor, era llevar el Evangelio a los pueblos de la gentilidad. Sin embargo, en las Iglesias que va fundando en sus andanzas apostólicas, surgen problemas que irá solucionando con unas directrices muy claras y en las que se basa toda su espiritualidad: el cristiano bautizado es una nueva criatura (Gál 6,15) que debe vivir en Cristo y a Cristo, lo que supone integrar su comportamiento en esta nueva forma ontológica de su existencia. La espiritualidad que Pablo propone es cristocéntrica. Es lo que recomienda a sus lectores de ayer y de hoy: el desarrollo y crecimiento en Cristo: Os habéis despojado del hombre viejo con sus obras y os habéis revestido del nuevo, que se renueva hacia el conocimiento verdadero, conforme a la imagen de Dios, su Creador (Col 3,10). Llegamos al Padre a través de Cristo que es el Camino.
En la vida todos experimentamos pérdidas. Es una experiencia muy común, siempre compleja, sobre todo cuando nos dolemos por la muerte de un ser querido, por una ruptura afectiva, por la enfermedad inesperada, por el fracaso... No es fácil adentrarse en la dolorosa sinfonía de sensaciones...? Desgarro, desconcierto y confusión, vacío interior y soledad...? El corazón, herido y contrariado, suspira y se rebela, busca una luz y un sosiego que parecen imposibles. Al fondo, Dios. Algo o Alguien que nos levante y nos devuelva un poco de paz. Orar en el duelo ha venido a cubrir un vacío, por su contenido y por su originalidad. Es más que un libro de oraciones. Es también poema y testimonio, pensamientos y sorbos de sabiduría...? Un libro que recoge y da voz al eco común que brota del fondo del corazón de quienes están viviendo la amarga estación del duelo. Es un libro que ha nacido de la experiencia y de la sabiduría del corazón creyente de sus autores, de la escucha y del acompañamiento. Ayudará a muchos en la difícil travesía por el desierto del duelo hacia el éxodo de la esperanza.
En estos veinte siglos, los cristianos siempre hemos querido tratarle bien a Dios en la eucaristía. Hemos querido que él note que le amamos, que se lo agradecemos. Con este deseo han nacido en la iglesia algunas tradiciones: entre otras, hacer oración delante del sagrario, estar en vela durante la exposición prolongada de la hostia sobre el altar, la bendición con el santísimo sacramento. Aquí tienes algunos textos que pueden ayudarte a hablar con Jesús viviendo esas tradiciones.
Desde estas líneas se ha querido abrir una puerta a la esperanza para todas las personas discapacitadas o enfermas, y para los familiares, amigos, religiosos, profesionales, voluntarios y quienes, de una u otra manera, vivimos en contacto directo con ellas. Todos hemos trabajado alguna vez, y lo seguimos haciendo, para eliminar las barreras físicas y mentales de nuestra sociedad ante los discapacitados. Este libro pretende ayudar a eliminar otro tipo de barreras, mucho más profundas, que se levantan en nuestro corazón y nos impiden ver a Dios en nuestra vida.
En este libro se levanta el velo del santuario de la vida contemplativa. Salta de lo hondo de la experiencia orante un torrente de agua viva. Porque la vocación contemplativa tiene “de oficio” acreditar a Dios ante los hombres: que Dios existe; que Dios se deja experimentar; que Dios transfigura la vida; que Dios hace feliz… que ¡solo Dios basta! En las 31 breves oraciones de este libro, agrupadas en seis capítulos y un epílogo, hay una progresión. Suavemente se va orientando la mente y el corazón. Desde orar con palabras de San Francisco pasa a la oración de intercesión que fluye de las situaciones de la vida. Luego a la oración inspirada en las enseñanzas del Santo, para abrir al fin un camino de contemplación en las almenas del alma. Sólo quien se ha alimentado asiduamente del espíritu de San Francisco puede interpretar hoy con tanta belleza y profundidad las palabras de ayer. La autora, Sor María Victoria Triviño, clarisa escritora, no habla de oídas. Es conocedora de las fuentes franciscanas en la experiencia de vida y por el estudio. En el Convento de Santa Clara de Balaguer tiene las almenas de luz abiertas a la iluminación del Espíritu. En su obra se valora el estilo literario bello, poético y fluido; el profundo trabajo de investigación; el optimismo, pedagogía y visión de futuro, la apasionada búsqueda de la verdad y el contenido iluminador que siempre abre perspectivas nuevas. San Francisco sigue siendo fuente de inspiración y de enseñanza. Su escuela tiene muchas aulas. En este libro se nos invita a entrar en la sección más íntima: la oración. Siempre desde la palabra, la aspiración, la acción, el consejo o la enseñanza de San Francisco de Asís, se emprende un camino.
Si los diferentes santos de la Iglesia han destacado por su caridad, su ciencia o su pobreza, San Juan de Ávila (1499-1569) brilló por todas las virtudes, como un santo del equilibrio espiritual. Maestro de san Ignacio de Loyola, san Juan de Dios o santa Teresa de Jesús, fue también padre espiritual de numerosos sacerdotes y laicos, brillante predicador y humilde trabajador de la Iglesia católica. Intervino en el Concilio de Trento (1545-1563), enviando documentos decisivos para la reforma del sacerdocio católico. Estas páginas destilan su rica teología, pero no separada de la vida corriente: san Juan de Ávila gozó de un gran sentido común y conocimiento de la psicología humana.
Se equivocaría quien pensase que Teresa de Calcuta no tiene más interés que el de ser una heroína entre leprosos y miserables. Madre Teresa tiene mucho que decir al mundo, a la humanidad. La vida de Teresa es un altavoz que reproduce con energía el potente grito de Jesús de Nazaret: ¡Amaos los unos a los otros! Lo que más necesita el hombre es amar y ser amado; y esta necesidad del hombre se toca con la necesidad de Dios. La voz de esta pequeña monja suena casi acusadora: el amor es el gran olvidado en nuestro mundo. Teresa de Calcuta recuerda que el amor sólo existe encarnado: aquí, ahora, en lo poco, en este servicio, a esta persona. Y todo esto sólo es posible sabiendo que en cualquiera 'servimos a Jesús'.
Después de estos días de cuaresma entramos en la Semana Santa como entra un navío en el puerto tras un largo viaje. Es hora de descansar en puerto seguro, y el nuestro es Jesús crucificado. La Semana Santa, en particular el Triduo Pascual, es la fiesta central de los cristianos, y en cierto modo, aunque muchos no lo saben, de todos los hombres de todos los tiempos. Jesucristo es el centro y el señor de la historia. Pero para que su semilla dé fruto antes tiene que caer en tierra y morir. La muerte de Jesús da sentido a la nuestra y su resurrección es nuestra primicia de salvación. La idea de este libro es meditar al pie de la Cruz las Siete Palabras, esas palabras maravillosas, rebosantes de esperanza y eternidad, que dijo Jesús antes de morir; entrando en la Semana Santa con un espíritu abierto, dispuestos a contemplar y a escuchar a Jesús en la Cruz, junto a María, anuncio, presencia y señal de que lo que es imposible para el hombre es posible para Dios.
Además de las oraciones más comunes (Ave María, Credo de los Apóstoles . . . ), este tesoro de la oración incluye el ordinario de la misa, oraciones para la confesión y la comunión, oraciones para los enfermos y difuntos, los diez mandamientos, las estaciones de la cruz, el rosario, oraciones de la antigua liturgia hispana, favoritos tradicionales como la muy popular oración poética española a María (que se encuentra al final de la oración de mediodía), y mucho más. Besides the most common prayers (Hail Mary, Apostles' Creed . . .), this treasury of prayer includes the Ordinary of the Mass, prayers for confession and Communion, prayers of devotion, prayers for the sick and deceased, the Ten Commandments, the Stations of the Cross, the Rosary, prayers from the ancient Hispanic liturgy, traditional favorites such as the much-loved Spanish Poetic prayer to Mary (found at the end of Midday Prayer), and much more.