Digital Logos Edition
La Biblia Popular es una serie de comentarios orientada a la gente común. Los autores evitan el lenguaje técnico que caracteriza a la mayoría de los comentarios, resaltando más bien a la persona de Jesucristo detrás de cada pasaje y conectando esas verdades a las realidades de la vida contemporánea.
Cubre cada libro de la Biblia, usando como base la versión Reina-Valera 1995. Los comentarios arrojan luz sobre el trasfondo histórico, explican los pasajes confusos, ilustran la enseñanza con mapas, diagramas e información arqueológica, y extraen aplicaciones prácticas.
Integrada a la tecnología Logos, la Biblia Popular interactúa con los demás recursos que componen tu biblioteca digital, incluyendo las Biblias, mapas, diccionarios y muchas otras herramientas de estudio bíblico. Esta integración te permite realizar potentes búsquedas, estudios de palabras, y las citas de los pasajes bíblicos están enlazadas a tu versión favorita de la Biblia. El set completo se convertirá en uno de tus principales recursos de consulta a la hora de realizar tu devocional, preparar una clase para tu grupo, o investigar un tema para tu sermón.
Génesis es el primero de los cinco libros de Moisés y presenta la obra de Dios a través de las biografías de Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, y otros. Abriendo su relato con las palabras “En el principio ...”, relata los principios u orígenes del universo, de la raza humana, el pecado, la muerte, y la obra de la gracia de Dios en restaurar la comunión con la humanidad caída.
Éxodo es el segundo libro escrito por Moisés. El título del libro significa “camino de salida.” Éxodo registra la salida del pueblo de Dios de la esclavitud en Egipto y el comienzo de su viaje a la Tierra Prometida. En el tercer mes de este recorrido, Moisés y el pueblo llegaron al monte Sinaí, donde Dios les dio su ley.
Levítico es el tercer libro de Moisés. El libro está lleno de tipos y sombras de Cristo y de su obra redentora. Leer acerca de los sacrificios del Antiguo Testamento nos ayuda a entender el sacrificio de Cristo por los pecados del mundo, y familiarizarse con la adoración en el Antiguo Testamento nos ayuda a entender mejor nuestra propia adoración.
Números narra la historia del pueblo de Dios en el desierto, después que salieron del Monte Sinaí. Aquella generación se negó a entrar en la Tierra Prometida y pasó el resto de sus años errando en el desierto. Sin embargo, durante esos años, surgió una nueva generación que se paró frente al Río Jordán listo para heredar lo que Dios les había prometido. Números es el cuarto libro escrito por Moisés.
Deuteronomio registra las últimas palabras de Moisés, uno de los líderes más grandes que Dios usó. Mientras Moisés guiaba al pueblo de Dios, toda una generación murió en el desierto, y una nueva generación tomó su lugar. Moisés repitió las leyes que Dios les había entregado en el Monte Sinaí y las volvió a aplicar a la nueva generación, mientras se preparaban a entrar en la Tierra Prometida.
Después del liderazgo de Moisés, el Señor escogió a Josué para conducir a su pueblo a la tierra que había prometido. El libro de Josué narra cómo Dios ayudó a su pueblo conquistar la Tierra Prometida. No sólo cayeron los muros de Jericó, sino que también el Señor les concedió muchas victorias más. A lo largo de su vida de servicio, Josué siguió al Señor fielmente y de todo corazón.
El libro de Jueces registra las historias de aquellos líderes que Dios envió para que rescatasen a su pueblo antes de que Israel tuviese reyes. Cada relato revela la conducta rebelde continua del pueblo de Dios, pero también cuán fiel fue Dios en intervenir para su liberación. Rut narra la hermosa historia de una mujer moabita que se convirtió en un familiar del Rey David y Jesús.
La madre de Samuel, Ana, dedicó a su infante hijo a la obra del Señor. Samuel creció hasta convertirse en uno de los grandes profetas de Israel y guió al pueblo de Dios a través de tiempos turbulentos. Los dos libros de Samuel cuentan la historia de este gran líder que fue responsable de ungir a los dos primeros reyes de Israel, Saúl y David.
Los dos libros de los Reyes trazan la historia del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, desde Salomón hasta el exilio babilónico. Durante ese tiempo, la nación que hasta al momento estaba unida se convirtió en dos: Israel, al norte, y Judá, al sur. Ambos reinos se alejaron del Señor. Sin embargo, el Señor mandó a Elías y Eliseo para llamar a Su pueblo al arrepentimiento.
El Primer Libro de las Crónicas narra la historia del pueblo de Dios desde Adán hasta David. A través de esta historia, Dios recordó a su pueblo que vendría el Mesías, un descendiente del rey David. Cuando el Mesías vino, estableció entre su pueblo el justo gobierno de Dios de una manera superior a la de cualquier rey humano.
El segundo libro de Crónicas continúa la historia del pueblo de Dios. Comenzando con el reinado de Salomón, el libro cuenta la historia de la decadencia del pueblo de Dios. Finalmente Dios envió a los babilonios, que destruyeron Jerusalén y llevaron al pueblo de Dios al exilio. El libro termina con el decreto de Ciro, lo que les permitió regresar y reconstruir su tierra.
Después de 70 años de cautiverio en Babilonia, el pueblo de Dios volvió a Palestina. Esdras y Nehemías narran los obstáculos que enfrentaron el pueblo de Dios al regresar y restablecerse en su tierra natal. El libro de Ester nos habla de una bella mujer judía que se convirtió en reina y luego arriesgó su vida para salvar a su pueblo.
Job es una obra maestra literaria que narra la historia de un hombre descrito como “perfecto y recto” quien también fue “temeroso de Dios y apartado del mal.” Sin embargo, Job sufrió. En este libro, Dios advierte a los creyentes que a veces Él envía sufrimiento para probarlos. Los fieles soportan con paciencia cada prueba y confían en que los caminos de Dios van más allá de nuestra capacidad humana en entender los motivos del dolor.
Este volumen inicia el comentario sobre el libro de los Salmos, que abarca los Salmos 1 a 72. El rey David, un talentoso poeta y músico, compuso muchos de estos salmos para expresar su fe en el Señor. Creyentes a lo largo de los siglos, han atesorado estos salmos por la profundidad de la fe y belleza poética que presentan.
Este volumen continúa el comentario sobre el libro de los Salmos, comenzando con el Salmo 73. Estos salmos son obra de varios autores, entre ellos David, Moisés, Asaf, y los hijos de Coré. Algunas colecciones de Salmos en este volumen incluyen el Hallel pascual (113–118), las canciones de ascensión (120–134) y los Salmos Aleluya (146–150).
Proverbios motiva a los creyentes a vivir vidas santas y muestra la locura de la vida impía. El libro ha sido llamado el Sermón de la Montaña del Antiguo Testamento. Instruye a los creyentes a cómo vivir una vida de amor. Salomón, un hombre de gran sabiduría e inteligencia, escribió la mayor parte de este libro. Él proclama que la verdadera sabiduría comienza con el temor del Señor.
El rey Salomón fue conocido por su gran sabiduría, y estos dos libros capturan algo de esta sabiduría. Eclesiastés nos enseña que la vida no tiene sentido sin Dios. Cantar de los Cantares es una canción de amor que expresa el amor entre un hombre y una mujer. En otro nivel se expresa el amor del Señor por sus creyentes, la iglesia.
Dios envió a su pueblo al profeta Isaías en un momento de gran prosperidad. Pero también fue una época de decadencia moral y espiritual. En los primeros 39 capítulos de su profecía, Isaías advierte del juicio venidero de Dios sobre su pueblo y sobre todas las naciones. Sin embargo, estos capítulos también contienen ricas y reconfortantes promesas de la gracia de Dios y la futura llegada del Mesías.
En la segunda parte de su profecía, Isaías promete que Dios salvará a su pueblo y todo el mundo a través del Gran Siervo del Señor, a quien todos conocemos como Jesucristo. Dios prometió que este Gran Siervo redimiría a todo el mundo con su sufrimiento. La profecía de Isaías concluye con promesas de Dios sobre la gloria futura para todos los que creen.
En los últimos días de Judá, Dios envió a Jeremías para anunciar la venida del juicio, llamar a la gente al arrepentimiento, y consolar a los creyentes que vivían en un país que había abandonado al Señor. Su testimonio contiene muchas profecías gloriosas de la venida del Mesías. El libro de Lamentaciones anima a los creyentes a aferrarse al Señor, incluso durante desastres.
El profeta Ezequiel fue uno de los primeros de los judíos deportados a Babilonia. Muchos pensaron que Dios había abandonado sus promesas, al permitir el cautiverio. A través de las palabras, acciones, y las visiones de Ezequiel, Dios le recordó a su pueblo de sus pecados y le prometió que un remanente fiel regresaría, a fin de que todas sus promesas sobre el Mesías se cumpliesen.
Cuando era joven, Daniel fue uno de los primeros judíos deportados a Babilonia. Siendo un hombre de gran fe, ocupó importantes cargos de gobierno durante la difícil época de cautiverio. A través de Daniel, Dios le mostró a su pueblo exiliado el futuro que les esperaba. Dios le recordó a su pueblo que él iba a cuidar de ellos en cada situación.
Dios envió a Oseas para recordar a Israel del amor profundo y fiel de Dios por su pueblo infiel. Joel emitió su llamado al arrepentimiento durante una plaga de langostas, y recordó al pueblo de Dios de la venida del Mesías. Amós advirtió del juicio que vendría a todos los que abandonaron las promesas del Señor.
Abdías anunció el juicio de Dios sobre Edom, el enemigo de Judá, pero prometió salvación a los fieles de Dios. Dios quiere que todos se salven, por lo que envió a Jonás a predicar el arrepentimiento a Nínive, la capital de una nación extranjera. Miqueas anunció el castigo de Dios por el pecado y la salvación que llegaría por seguro a través del Mesías.
Dios envió a su profeta Nahúm para anunciar la inminente destrucción del imperio asirio y asegurar al pueblo de Dios de su salvación. Al anunciar el juicio sobre todos los pecadores, Habacuc escribió: “El justo vivirá por su fe.” Sofonías anunció el arribó del gran día del juicio del Señor, pero alentó a los fieles a no temer.
Después de la cautividad de Babilonia, el pueblo de Dios se preocupaba mucho más por sus propios asuntos que los de Dios. Así que Dios envió a Hageo y Zacarías para instar a su pueblo a reconstruir el templo. Malaquías alertó al pueblo con el juicio de Dios por actuar negligentemente, pero el profeta concluyó con la maravillosa promesa de la venida del Mesías.
Cuando Mateo dejó su puesto de recaudador de impuestos en Galilea para seguir a Jesús, se convirtió en un testigo ocular del ministerio del Salvador. Su registro presta atención especial a las enseñanzas de Jesús y asegura a los creyentes que Él es el Mesías anunciado por tantos profetas del Antiguo Testamento. Por estas razones, su evangelio se ha convertido en el primer libro del Nuevo Testamento.
La mayoría cree que el Evangelio de Marcos fue el primero de los evangelios. Muchos también creen que Marcos escribió lo que Pedro proclamó. Es un evangelio de acción donde se lo ve a Jesús haciendo cosas. Además, el evangelio afirma que Jesús es el Hijo de Dios y dedica mucho tiempo en el último viaje de Jesús a Jerusalén, incluyendo Su sufrimiento y muerte allí.
El médico Lucas acompañó al apóstol Pablo en sus viajes misioneros, compartiendo el mensaje de Jesús. Lucas investigó cuidadosamente los hechos de la vida de Jesús y habló con testigos antes de escribir su evangelio. Su relato enfatiza que Jesús es el Salvador de todos los hombres y tiene como audiencia principal los nuevos cristianos que querían saber más acerca de Jesús.
El apóstol Juan se refiere a sí mismo como “el discípulo a quien Jesús amaba.” Juan era miembro del círculo íntimo de discípulos, junto con Pedro y Santiago. A medida que presenta el ministerio de Jesús, el apóstol añade muchas ideas no registrados por los otros evangelios. Juan es una declaración simple y clara de la gracia de Dios en Cristo, escrito para que los lectores puedan creer y tener vida en Jesús, el Hijo de Dios.
Lucas escribió Hechos como una continuación de su Evangelio. En este libro, Lucas registró el crecimiento de la iglesia primitiva después de que Jesús ascendió al cielo. La primera parte del libro registra el crecimiento de la iglesia en Jerusalén y sus alrededores. Lucas capturó la conversión del apóstol Pablo y la difusión del Evangelio por todo el mundo romano.
En sus viajes misioneros, Pablo escuchó hablar de los cristianos en Roma. Él escribió su carta a los romanos para fortalecer su fe y motivarlos a que lo ayuden a difundir el evangelio más hacia el oeste. Por más de dos mil años, los cristianos han valorado la carta a los Romanos por su presentación clara y pura de la gracia de Dios a los pecadores.
Pablo escribió 1 Corintios porque la congregación se enfrentó a una serie de problemas, incluyendo el peligro de fomentar divisiones e incluso caer en el paganismo. Otros problemas también plagaban a los corintos. En su carta, Pablo prestó asesoramiento claro. El capítulo más largo, capítulo 15, se ha convertido en uno de los más preciados, ya que declara la victoria de la resurrección de Cristo de entre los muertos.
Pablo escribió 2 Corintios después de escuchar un informe de Tito sobre la congregación de Corinto. En esta carta Pablo felicita a los creyentes por su progreso, les anima a completar la colecta para la iglesia en Jerusalén, y defiende su ministerio de los que lo criticaban y se autodenominaban “súper-apóstoles.”
Pablo escribió a los Gálatas porque falsos maestros se habían infiltrado, enseñando que la salvación dependía de Cristo y también de obras. Este falso evangelio, Pablo escribió: “no es evangelio.” Pablo escribió su carta a los Efesios mientras estaba en prisión y recodándoles lo que el gran poder y gracia de Dios hizo por los creyentes.
Pablo escribió estas cartas mientras estaba en prisión. Filipenses es una carta cálida y personal que expresa un gran gozo en Cristo. Pablo escribió a los Colosenses para ayudarles a entender la verdad cristiana y rechazar las falsas enseñanzas. Filemón es una breve nota a un amigo de Pablo, pidiéndole que perdone a un esclavo fugitivo que se había convertido.
Cuando Pablo dejó a los tesalonicenses para que compartan el Evangelio en otros lugares, él temía que estos cristianos se vieran desbordados por los falsos maestros, las persecuciones, y tentaciones. Escribió entonces dos cartas para alentarlos a permanecer fieles. Estas cartas ofrecen esperanza y siguen siendo una buena lectura para que los cristianos se enfrentan desafíos a su fe.
Timoteo y Tito eran miembros importantes del equipo misionero de Pablo. Las cartas de Pablo a estos dos hombres jóvenes muestran su preocupación por el futuro de la iglesia. Pablo provee instrucción, advierte en contra de la falsa doctrina, y alienta a la fidelidad. Las cartas hablan a todo creyente que está preocupado por el futuro de la iglesia.
La carta a los Hebreos afirma que Dios hizo su revelación final y completa a la humanidad a través de Jesucristo. La carta proporciona un puente entre el Antiguo y Nuevo Testamento, sostiene que Jesús es mayor que la Antigua Alianza, y alienta a los cristianos a perseverar a pesar de las pruebas y tentaciones.
Las cartas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, suelen agruparse y se las denominan como las epístolas generales, o católicas, porque no están dirigidas a una sola congregación. Pedro, Santiago y Juan son nombres familiares para los lectores del Nuevo Testamento. El libro de Judas nos advierte contra los falsos maestros.
Apocalipsis ofrece a los creyentes una garantía hermosa, la victoria final de Cristo. Las siete visiones que el apóstol Juan describe en Apocalipsis muestran la lucha entre Cristo y Satanás. En estas visiones, Dios asegura a los creyentes que tendrán victoria eterna en la nueva Jerusalén y que Satanás será finalmente derrotado.
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Génesis es el primero de los cinco libros de Moisés y presenta la obra de Dios a través de las biografías de Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, y otros. Abriendo su relato con las palabras “En el principio ...”, relata los principios u orígenes del universo, de la raza humana, el pecado, la muerte, y la obra de la gracia de Dios en restaurar la comunión con la humanidad caída.
Éxodo es el segundo libro escrito por Moisés. El título del libro significa “camino de salida.” Éxodo registra la salida del pueblo de Dios de la esclavitud en Egipto y el comienzo de su viaje a la Tierra Prometida. En el tercer mes de este recorrido, Moisés y el pueblo llegaron al monte Sinaí, donde Dios les dio su ley.
Levítico es el tercer libro de Moisés. El libro está lleno de tipos y sombras de Cristo y de su obra redentora. Leer acerca de los sacrificios del Antiguo Testamento nos ayuda a entender el sacrificio de Cristo por los pecados del mundo, y familiarizarse con la adoración en el Antiguo Testamento nos ayuda a entender mejor nuestra propia adoración.
Números narra la historia del pueblo de Dios en el desierto, después que salieron del Monte Sinaí. Aquella generación se negó a entrar en la Tierra Prometida y pasó el resto de sus años errando en el desierto. Sin embargo, durante esos años, surgió una nueva generación que se paró frente al Río Jordán listo para heredar lo que Dios les había prometido. Números es el cuarto libro escrito por Moisés.
Deuteronomio registra las últimas palabras de Moisés, uno de los líderes más grandes que Dios usó. Mientras Moisés guiaba al pueblo de Dios, toda una generación murió en el desierto, y una nueva generación tomó su lugar. Moisés repitió las leyes que Dios les había entregado en el Monte Sinaí y las volvió a aplicar a la nueva generación, mientras se preparaban a entrar en la Tierra Prometida.
Después del liderazgo de Moisés, el Señor escogió a Josué para conducir a su pueblo a la tierra que había prometido. El libro de Josué narra cómo Dios ayudó a su pueblo conquistar la Tierra Prometida. No sólo cayeron los muros de Jericó, sino que también el Señor les concedió muchas victorias más. A lo largo de su vida de servicio, Josué siguió al Señor fielmente y de todo corazón.
El libro de Jueces registra las historias de aquellos líderes que Dios envió para que rescatasen a su pueblo antes de que Israel tuviese reyes. Cada relato revela la conducta rebelde continua del pueblo de Dios, pero también cuán fiel fue Dios en intervenir para su liberación. Rut narra la hermosa historia de una mujer moabita que se convirtió en un familiar del Rey David y Jesús.
La madre de Samuel, Ana, dedicó a su infante hijo a la obra del Señor. Samuel creció hasta convertirse en uno de los grandes profetas de Israel y guió al pueblo de Dios a través de tiempos turbulentos. Los dos libros de Samuel cuentan la historia de este gran líder que fue responsable de ungir a los dos primeros reyes de Israel, Saúl y David.
Los dos libros de los Reyes trazan la historia del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, desde Salomón hasta el exilio babilónico. Durante ese tiempo, la nación que hasta al momento estaba unida se convirtió en dos: Israel, al norte, y Judá, al sur. Ambos reinos se alejaron del Señor. Sin embargo, el Señor mandó a Elías y Eliseo para llamar a Su pueblo al arrepentimiento.
El Primer Libro de las Crónicas narra la historia del pueblo de Dios desde Adán hasta David. A través de esta historia, Dios recordó a su pueblo que vendría el Mesías, un descendiente del rey David. Cuando el Mesías vino, estableció entre su pueblo el justo gobierno de Dios de una manera superior a la de cualquier rey humano.
El segundo libro de Crónicas continúa la historia del pueblo de Dios. Comenzando con el reinado de Salomón, el libro cuenta la historia de la decadencia del pueblo de Dios. Finalmente Dios envió a los babilonios, que destruyeron Jerusalén y llevaron al pueblo de Dios al exilio. El libro termina con el decreto de Ciro, lo que les permitió regresar y reconstruir su tierra.
Después de 70 años de cautiverio en Babilonia, el pueblo de Dios volvió a Palestina. Esdras y Nehemías narran los obstáculos que enfrentaron el pueblo de Dios al regresar y restablecerse en su tierra natal. El libro de Ester nos habla de una bella mujer judía que se convirtió en reina y luego arriesgó su vida para salvar a su pueblo.
Job es una obra maestra literaria que narra la historia de un hombre descrito como “perfecto y recto” quien también fue “temeroso de Dios y apartado del mal.” Sin embargo, Job sufrió. En este libro, Dios advierte a los creyentes que a veces Él envía sufrimiento para probarlos. Los fieles soportan con paciencia cada prueba y confían en que los caminos de Dios van más allá de nuestra capacidad humana en entender los motivos del dolor.
Este volumen inicia el comentario sobre el libro de los Salmos, que abarca los Salmos 1 a 72. El rey David, un talentoso poeta y músico, compuso muchos de estos salmos para expresar su fe en el Señor. Creyentes a lo largo de los siglos, han atesorado estos salmos por la profundidad de la fe y belleza poética que presentan.
Este volumen continúa el comentario sobre el libro de los Salmos, comenzando con el Salmo 73. Estos salmos son obra de varios autores, entre ellos David, Moisés, Asaf, y los hijos de Coré. Algunas colecciones de Salmos en este volumen incluyen el Hallel pascual (113–118), las canciones de ascensión (120–134) y los Salmos Aleluya (146–150).
Proverbios motiva a los creyentes a vivir vidas santas y muestra la locura de la vida impía. El libro ha sido llamado el Sermón de la Montaña del Antiguo Testamento. Instruye a los creyentes a cómo vivir una vida de amor. Salomón, un hombre de gran sabiduría e inteligencia, escribió la mayor parte de este libro. Él proclama que la verdadera sabiduría comienza con el temor del Señor.
El rey Salomón fue conocido por su gran sabiduría, y estos dos libros capturan algo de esta sabiduría. Eclesiastés nos enseña que la vida no tiene sentido sin Dios. Cantar de los Cantares es una canción de amor que expresa el amor entre un hombre y una mujer. En otro nivel se expresa el amor del Señor por sus creyentes, la iglesia.
Dios envió a su pueblo al profeta Isaías en un momento de gran prosperidad. Pero también fue una época de decadencia moral y espiritual. En los primeros 39 capítulos de su profecía, Isaías advierte del juicio venidero de Dios sobre su pueblo y sobre todas las naciones. Sin embargo, estos capítulos también contienen ricas y reconfortantes promesas de la gracia de Dios y la futura llegada del Mesías.
En la segunda parte de su profecía, Isaías promete que Dios salvará a su pueblo y todo el mundo a través del Gran Siervo del Señor, a quien todos conocemos como Jesucristo. Dios prometió que este Gran Siervo redimiría a todo el mundo con su sufrimiento. La profecía de Isaías concluye con promesas de Dios sobre la gloria futura para todos los que creen.
En los últimos días de Judá, Dios envió a Jeremías para anunciar la venida del juicio, llamar a la gente al arrepentimiento, y consolar a los creyentes que vivían en un país que había abandonado al Señor. Su testimonio contiene muchas profecías gloriosas de la venida del Mesías. El libro de Lamentaciones anima a los creyentes a aferrarse al Señor, incluso durante desastres.
El profeta Ezequiel fue uno de los primeros de los judíos deportados a Babilonia. Muchos pensaron que Dios había abandonado sus promesas, al permitir el cautiverio. A través de las palabras, acciones, y las visiones de Ezequiel, Dios le recordó a su pueblo de sus pecados y le prometió que un remanente fiel regresaría, a fin de que todas sus promesas sobre el Mesías se cumpliesen.
Cuando era joven, Daniel fue uno de los primeros judíos deportados a Babilonia. Siendo un hombre de gran fe, ocupó importantes cargos de gobierno durante la difícil época de cautiverio. A través de Daniel, Dios le mostró a su pueblo exiliado el futuro que les esperaba. Dios le recordó a su pueblo que él iba a cuidar de ellos en cada situación.
Dios envió a Oseas para recordar a Israel del amor profundo y fiel de Dios por su pueblo infiel. Joel emitió su llamado al arrepentimiento durante una plaga de langostas, y recordó al pueblo de Dios de la venida del Mesías. Amós advirtió del juicio que vendría a todos los que abandonaron las promesas del Señor.
Abdías anunció el juicio de Dios sobre Edom, el enemigo de Judá, pero prometió salvación a los fieles de Dios. Dios quiere que todos se salven, por lo que envió a Jonás a predicar el arrepentimiento a Nínive, la capital de una nación extranjera. Miqueas anunció el castigo de Dios por el pecado y la salvación que llegaría por seguro a través del Mesías.
Dios envió a su profeta Nahúm para anunciar la inminente destrucción del imperio asirio y asegurar al pueblo de Dios de su salvación. Al anunciar el juicio sobre todos los pecadores, Habacuc escribió: “El justo vivirá por su fe.” Sofonías anunció el arribó del gran día del juicio del Señor, pero alentó a los fieles a no temer.
Después de la cautividad de Babilonia, el pueblo de Dios se preocupaba mucho más por sus propios asuntos que los de Dios. Así que Dios envió a Hageo y Zacarías para instar a su pueblo a reconstruir el templo. Malaquías alertó al pueblo con el juicio de Dios por actuar negligentemente, pero el profeta concluyó con la maravillosa promesa de la venida del Mesías.
Cuando Mateo dejó su puesto de recaudador de impuestos en Galilea para seguir a Jesús, se convirtió en un testigo ocular del ministerio del Salvador. Su registro presta atención especial a las enseñanzas de Jesús y asegura a los creyentes que Él es el Mesías anunciado por tantos profetas del Antiguo Testamento. Por estas razones, su evangelio se ha convertido en el primer libro del Nuevo Testamento.
La mayoría cree que el Evangelio de Marcos fue el primero de los evangelios. Muchos también creen que Marcos escribió lo que Pedro proclamó. Es un evangelio de acción donde se lo ve a Jesús haciendo cosas. Además, el evangelio afirma que Jesús es el Hijo de Dios y dedica mucho tiempo en el último viaje de Jesús a Jerusalén, incluyendo Su sufrimiento y muerte allí.
El médico Lucas acompañó al apóstol Pablo en sus viajes misioneros, compartiendo el mensaje de Jesús. Lucas investigó cuidadosamente los hechos de la vida de Jesús y habló con testigos antes de escribir su evangelio. Su relato enfatiza que Jesús es el Salvador de todos los hombres y tiene como audiencia principal los nuevos cristianos que querían saber más acerca de Jesús.
El apóstol Juan se refiere a sí mismo como “el discípulo a quien Jesús amaba.” Juan era miembro del círculo íntimo de discípulos, junto con Pedro y Santiago. A medida que presenta el ministerio de Jesús, el apóstol añade muchas ideas no registrados por los otros evangelios. Juan es una declaración simple y clara de la gracia de Dios en Cristo, escrito para que los lectores puedan creer y tener vida en Jesús, el Hijo de Dios.
Lucas escribió Hechos como una continuación de su Evangelio. En este libro, Lucas registró el crecimiento de la iglesia primitiva después de que Jesús ascendió al cielo. La primera parte del libro registra el crecimiento de la iglesia en Jerusalén y sus alrededores. Lucas capturó la conversión del apóstol Pablo y la difusión del Evangelio por todo el mundo romano.
En sus viajes misioneros, Pablo escuchó hablar de los cristianos en Roma. Él escribió su carta a los romanos para fortalecer su fe y motivarlos a que lo ayuden a difundir el evangelio más hacia el oeste. Por más de dos mil años, los cristianos han valorado la carta a los Romanos por su presentación clara y pura de la gracia de Dios a los pecadores.
Pablo escribió 1 Corintios porque la congregación se enfrentó a una serie de problemas, incluyendo el peligro de fomentar divisiones e incluso caer en el paganismo. Otros problemas también plagaban a los corintos. En su carta, Pablo prestó asesoramiento claro. El capítulo más largo, capítulo 15, se ha convertido en uno de los más preciados, ya que declara la victoria de la resurrección de Cristo de entre los muertos.
Pablo escribió 2 Corintios después de escuchar un informe de Tito sobre la congregación de Corinto. En esta carta Pablo felicita a los creyentes por su progreso, les anima a completar la colecta para la iglesia en Jerusalén, y defiende su ministerio de los que lo criticaban y se autodenominaban “súper-apóstoles.”
Pablo escribió a los Gálatas porque falsos maestros se habían infiltrado, enseñando que la salvación dependía de Cristo y también de obras. Este falso evangelio, Pablo escribió: “no es evangelio.” Pablo escribió su carta a los Efesios mientras estaba en prisión y recodándoles lo que el gran poder y gracia de Dios hizo por los creyentes.
Pablo escribió estas cartas mientras estaba en prisión. Filipenses es una carta cálida y personal que expresa un gran gozo en Cristo. Pablo escribió a los Colosenses para ayudarles a entender la verdad cristiana y rechazar las falsas enseñanzas. Filemón es una breve nota a un amigo de Pablo, pidiéndole que perdone a un esclavo fugitivo que se había convertido.
Cuando Pablo dejó a los tesalonicenses para que compartan el Evangelio en otros lugares, él temía que estos cristianos se vieran desbordados por los falsos maestros, las persecuciones, y tentaciones. Escribió entonces dos cartas para alentarlos a permanecer fieles. Estas cartas ofrecen esperanza y siguen siendo una buena lectura para que los cristianos se enfrentan desafíos a su fe.
Timoteo y Tito eran miembros importantes del equipo misionero de Pablo. Las cartas de Pablo a estos dos hombres jóvenes muestran su preocupación por el futuro de la iglesia. Pablo provee instrucción, advierte en contra de la falsa doctrina, y alienta a la fidelidad. Las cartas hablan a todo creyente que está preocupado por el futuro de la iglesia.
La carta a los Hebreos afirma que Dios hizo su revelación final y completa a la humanidad a través de Jesucristo. La carta proporciona un puente entre el Antiguo y Nuevo Testamento, sostiene que Jesús es mayor que la Antigua Alianza, y alienta a los cristianos a perseverar a pesar de las pruebas y tentaciones.
Las cartas de Santiago, Pedro, Juan y Judas, suelen agruparse y se las denominan como las epístolas generales, o católicas, porque no están dirigidas a una sola congregación. Pedro, Santiago y Juan son nombres familiares para los lectores del Nuevo Testamento. El libro de Judas nos advierte contra los falsos maestros.
Apocalipsis ofrece a los creyentes una garantía hermosa, la victoria final de Cristo. Las siete visiones que el apóstol Juan describe en Apocalipsis muestran la lucha entre Cristo y Satanás. En estas visiones, Dios asegura a los creyentes que tendrán victoria eterna en la nueva Jerusalén y que Satanás será finalmente derrotado.
La misión de la Northwestern Publishing House es entregar recursos bíblicos centrados en Cristo dentro del Sínodo Evangélico Luterano de Wisconsin y más allá. La visión de la Northwestern Publishing House es ser el principal proveedor de materiales alineados fielmente a las Escrituras y la confesión luterana. NPH publica materiales litúrgicos, para escuela bíblica de vacaciones, escuela dominical, y varios otros ministerios. La sede de la NPH se encuentra en Milwaukee, Wisconsin.
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