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“Para ser salvos necesitamos no solamente un Redentor que nos saque de Egipto, sino también alguien que pueda impedir que nos quedemos postrados en el desierto, un Sumo Sacerdote con poder para socorrernos en todas las pruebas del camino e interceder por nosotros en nuestros fracasos y caídas.” (Page 13)
“Cuanto más conocemos la Palabra, tanto más entendemos nuestro pecado. Cuanto más vemos la perfección del hombre Jesucristo, tanto más lamentamos nuestras imperfecciones y sentimos nuestra debilidad y fracaso.” (Page 11)
“Lo que los excluyó finalmente fue su incredulidad, el hecho de que, llegado el momento de la verdad, demostraron no creer en Dios, sino que su corazón todavía estaba en Egipto.” (Page 147)
“Estamos acostumbrados a contemplar a Jesucristo como Aquel que nos habla de parte de Dios y que es la viva imagen de Dios mismo. No nos sorprende nada que Jesús sea el Verbo. Estamos también acostumbrados a contemplarle como el Redentor que nos ha comprado al precio de su sangre; o como el Señor, el encargado de la casa de Dios, el Rey de la nueva tierra. Pero ¿hasta qué punto estamos familiarizados con la figura de Jesús como nuestro Sumo Sacerdote?” (Page 11)
“En la vida espiritual, como en la natural, hay una etapa en la cual no podemos admitir otra cosa sino la leche. Si a un recién convertido le hablas del «sacerdocio de Jesucristo conforme al orden de Melquisedec», le sonará a chino (a no ser que le expliques cuidadosamente cada concepto), porque no tiene suficiente base bíblica para entender lo que le estás diciendo. Necesita primero asimilar las doctrinas elementales de la fe.” (Page 107)
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Iñaki Colera
9/6/2023
Iñaki Colera
9/6/2023