Digital Logos Edition
Un poderoso tónico para predicadores cansados. Un libro que ausculta profundamente la teología, las estrategias y la espiritualidad de los ministros del púlpito. En la primera parte, el autor explica por qué Dios debe ser supremo, y dice: “La razón de que la predicación sea tan esencial a la adoración corporativa de la iglesia es que es adecuada de manera única para alimentar tanto el entendimiento como el sentimiento. Es adecuada de manera única para despertar el ver a Dios y el saborear a Dios. Dios ha ordenado que la Palabra de Dios venga en una forma que enseñe a la mente y toque el corazón”.
La segunda parte marca las pautas para lograr la supremacía de Dios en la predicación, como, por ejemplo: centrarse en Dios, someterse a la dulce soberanía de Dios, hacer a Dios supremo, etc.
“El predicador escocés James Stewart dijo que los objetivos de una predicación genuina son para ‘despertar la conciencia por medio de la santidad de Dios, para alimentar la mente con la verdad de Dios, para purificar la imaginación por medio de la belleza de Dios, para abrir el corazón al amor de Dios, para consagrar la voluntad al propósito de Dios.’2 En otras palabras, Dios es la meta al predicar, Dios es el fundamento de la predicación—y todos los demás recursos son dados por el Espíritu Santo.” (Pages 19–20)
“‘El gran designio … de un predicador cristiano es restaurar el trono y el dominio de Dios en las almas de los hombres.’” (Page 23)
“En la tarea de un predicador cristiano, el gran esquema e intención es restaurar el trono y dominio de Dios en las almas de los hombres.’” (Page 22)
“‘Nunca tendremos grandes predicadores’ decía, ‘hasta que tengamos grandes teólogos.’4” (Page 21)
“La predicación que no tiene el aroma de la grandeza de Dios podrá entretener por un tiempo, mas no calmará el grito del alma que clama: ‘Muéstrame tu Gloria.’” (Page 7)
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Omar Lopez
11/29/2013
Carlos Barrios Gonzalez
9/9/2013